miércoles, 2 de enero de 2013

Fascinante desencanto


El camino de la vida es tan curioso,
en plétora enigmático. Paradoja
que confunde a la razón como le antoja
y donde peca de absurdo el pretensioso. 

Nunca pensé que encontraría más grato
mantenerme en eterna melancolía
y que mi fuente de dicha no sería
lograr mi ilusión, aunque fuese inmediato.

Puse en pedestal una gloria inconclusa,
haciendo de ella el refugio de mi fe. 
Las cosas no son siempre lo que se ve,
si se les da una definición confusa. 

Alguien tiene escrito que la vida es sueño
y yo por lo onírico siempre viví,
pero al concretarlo sólo percibí
que me fue más gratificante el empeño.

Alimenté una errónea expectativa
que la realidad me dejó burlada.
Este juego no tiene regla adecuada,
si igual el premio te deja a la deriva.

Una musa falsa, una simple pantalla
de lo que fuera otro delirio fantasma
que ante mis ojos una mentira plasma
que al lograr tocarla con la mano, estalla.

Bien nos dicen que nada es lo que parece,
damos mérito a lo que no es meritorio
siendo llevados por un sueño ilusorio
que no sirve de emoliente aunque lo fuese. 

Si la imaginación fuera lo que emana,
no existiría el término decepción.
Toda utopía tiene equivocación,
pues hasta en el Edén hubo una manzana. 

Escalar hasta el cielo para notar
que es sólo otra capa que esconde lo mismo.
La cruel ironía se vuelve un abismo
donde nuestro escape es dejar de soñar. 

Pero soñar es inherente a los hombres
como vivir entre mundo paralelos,
idealizando profundos anhelos
con diferente historia y fingidos nombres.

Crear escenarios conmueve y fascina
a aquellos que en vida se creen actores
en las fantasías de logros o amores,
pero no hay princesa sin su hada madrina.

Y hasta el más dulce cuento pierde su encanto
cuando no cumple con lo que se esperaba,
y se da cuenta aquel que tan sólo actuaba
que ese placentero sueño no lo es tanto.

Quiero con el tiempo romper el hechizo
y a toda costa evitar la frustración.
En este punto tomé la decisión
de encarar este destino de improviso. 

Visualizar mostró mi perseverancia,
concretar propósitos fue mi ideal,
pero tal felicidad no fue real.
Perfume mi mente con falsa fragancia.

Ya no navegaré sobre aguas inciertas,
dejaré de apostarle a tanta ilusión.
Todo quimerista tiene de lección
que hasta del más querido sueño despiertas.

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