miércoles, 2 de enero de 2013

Elisión diferencial


Una máscara entre la tumba se exhuma,
ya sin valer los acentos ni las tildes,
equiparándose orgullosos y humildes
pues la vista de la muerte no se abruma.

Llegado el tiempo de rendir las exequias
todo lo material va a segundo plano,
pues se te juzga con el alma en tu mano,
sin las apariencias que tanto te obsequias.

Piensas que tu vida hace la diferencia,
con más valor que la de cualquier persona.
No comprendes que trascender condiciona
no a ser notado, sino a notar tu ausencia.

De qué nos sirve llevar vida ostentosa
si al final nada de éso nos pertenece,
pues esa riqueza ya nunca florece
cuando yaces en el fondo de la fosa.

Terminada la partida de ajedrez,
rey y peón regresan a la misma caja.
A todos arropa una misma mortaja,
sin pena ni gloria, sin sombra ni prez.

Un color no te define como esclavo,
ni te desdeña un déficit pecuniario.
Los golpes que te obstaculizan a diario
tendrán, al final, entre patas el rabo.

Dentro del cielo no existen jerarquías,
y para el diablo todos somos iguales.
No hay preferencias para clases sociales,
ni con la educación con la que te crías.

Por mucho que tratemos es imposible
disimular lo que realmente somos.
Valen igual los que se parten los lomos
que los que disfrazan un rasgo visible.

Se vuelve fácil vivir una mentira,
aunque se convierta en un póstumo engaño.
Las presunciones fictas sólo hacen daño
porque todo lo falso, a su tiempo, expira.

Ya no pretendas vivir de redentor,
que podrías terminar crucificado.
La existencia no es un acto simulado
donde el olvido llegue a rendir honor.

Para algunos es búsqueda de heroísmo
y para otros sólo un lugar transitorio.
Y aunque este mundo tiene un gran repertorio,
todos resultamos hechos de lo mismo.

Vas portando una reputación fingida
exaltando de más todas tus virtudes,
sin asimilar que entre las multitudes
no serás más al término de tu vida.

Polvo eres y en polvo te convertirás,
con la vara que mides serás medido.
Tu prepotencia será un barco que, hundido,
no verá tolerante puerto jamás.

Fabrica verdades más allá del laude
y no patrañas que se apaguen a gritos.
Los fingimientos no son siempre expeditos,
pues a tu sepulcro ya nadie le aplaude.

Tantas ocasiones no desaproveches
y empieza a nutrir tu espíritu extenuado.
Porque si en vida es amor lo que has sembrado,
a tu muerte será amor lo que coseches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si sabes hacer buen uso del lenguaje (sin recurrir a ofensas y/o frases cargadas de negativismo), comenta. Si no, hazlo de todos modos, pero revisa un diccionario para no parecer grotescamente ignorante y poder insultar con propiedad. Gracias por tu comentario y vuelve pronto. Tal vez la próxima vez tenga bocadillos.

P.D. No robes mis frases, porque sé dónde vives.