Compañía íntima, un lugar discreto:
a media luz, noctívago recinto,
con una carne roja y un vino tinto,
la vieja guitarra y un amor secreto.
Las mentes gozaban de aquel asueto,
de aquel paraje sereno y distinto;
siendo tan fácil gozar del requinto
al ya estar el estómago repleto.
¿Quién teniendo harto morapio en el póculo,
con grata y acogedora compañía,
tendría para dar algún reproche?
Hemos encontrado aquí un nuevo fóculo
con ágape, música y poesía,
donde ligera se siente la noche.