domingo, 3 de noviembre de 2013

De inmediato

¿Si me quieres? De eso no existe duda,
aunque induzca a tu memez perniciosa
de lo adverso la opinión orgullosa
de tu cautela (¡tan ciega y tan muda!).

Para evidenciarlo requiero ayuda
de toda la decencia que, celosa,
entre la cruenta ignorancia reposa,
tan fámula, tan crédula, tan cruda.

Mis recuerdos, tal vez, son las elites
que rigen en tu corazón desierto,
si bien no quieras ni los necesites.

Y tu ensueño, tal vez, sea liberto
si mucho te lo dices o repites,
si bien, de inmediato, no sea cierto.