Tú, antítesis climática que adquiere
un motivo distinto en nuestro esquema,
que sólo fuiste en mi álgido sistema
la vorágine de un báratro que hiere.
Un estío invernal (si se prefiere),
fenómeno que presentó el dilema:
un fogaje que hiela, un frío que quema;
la calina que al amor ateriere.
En la atmósfera de un sentir tan breve,
caduco tal como las estaciones,
nos dio lo mismo ser lava o ser nieve.
Pues compartimos símiles renglones,
a veces hasta idéntico relieve...
mas nos extinguieron contradicciones.