Estando en una misma sintonía,
aptos de hacer uno lo que es binario;
de consuno ir cuando era necesario
y nuestro destino lo permitía.
Sin duda alguna, algo me lo decía
e insistía en tomar tu mano a diario:
No era miedo de andar en solitario,
sino lo anejo a esta dicotomía.
Y si el tiempo tiene misericordia
de nosotros y su apoyo nos presta
para hacer perdurar esta concordia,
ten presente esa afección (que bien sabes
su reciprocidad por ti) dispuesta,
sin canguis, sin recelos, sin encabes.