martes, 18 de abril de 2017

Eva

Sabrán que ella es de sonrisa guapa,
y tal encanto enciende supernovas;
es una sonrisa digna de trovas,
que más que la mente, el alma te atrapa.

Yo era del tipo que a lo incierto escapa
(habiendo surcado tantas alcobas),
de esos tan ridículos casanovas,
faltos de vencer su pueril etapa.

Ella aseguró quererme con miedo,
pues no contaba con mínima prueba
de ser yo más que, de lo fiel, remedo.

Pero que accedía a lo que conlleva
la duda, con más amor que denuedo,
aunque ya nunca llegara a ser mi Eva.