Sigo expresando aquellas mismas mierdas.
Insistes en esperar lo contrario.
No te soy más justo ni necesario.
Tú aún tornas mis derechas a izquierdas.
Si me ves, a lo mejor te remuerdas.
O impasible siga tu curso horario.
Tras tanto que compartimos a diario,
pregúntome yo... ¿acaso me recuerdas?
Seguro te parece tan ridículo
que me aprehenda a mis palabras necias.
Fonético no es siempre buen vehículo.
Y si, cobarde, ahora me desprecias,
borremos el 'nosotros' como artículo
patente de recíprocas amnesias.