sábado, 15 de noviembre de 2014

Día de campo

Me apetece perderme en la alameda,
presenciarte al declive de otro sol,
asirme férreo de tu overol
campestre, y dejar que todo suceda.

Tirar al pozo una que otra moneda,
provocarte a versos un arrebol,
encomiarte en sostenido o bemol,
y seguir recorriendo la vereda.

¿Qué tendrá de especial esta dehesa
que me invita, al sólo abrir las ventanas,
a ser contigo cazador y presa?

Ya dependo de estas tardes ufanas
donde tú exhibes tu sutil belleza
y yo por besarte muero de ganas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si sabes hacer buen uso del lenguaje (sin recurrir a ofensas y/o frases cargadas de negativismo), comenta. Si no, hazlo de todos modos, pero revisa un diccionario para no parecer grotescamente ignorante y poder insultar con propiedad. Gracias por tu comentario y vuelve pronto. Tal vez la próxima vez tenga bocadillos.

P.D. No robes mis frases, porque sé dónde vives.