jueves, 17 de enero de 2013

El principio multisecular - Capítulo 13: La plenitud de convicción


Pero mientras marchábamos luego por la calle, bajo una noche clara y llena de estrellas, vibrante de vida, tuve la extraña sensación de estar más cerca de mi mujer que antes, como si algo nuevo hubiera tendido un manto protector sobre nosotros y sobre nuestro futuro, como si hubiéramos obtenido un seguro de felicidad.

Esposa:
Un manto de estrellas se ha tendido
en el claro espejo de la noche,
y se extiende sin ningún reproche
sobre tu camisa y mi vestido.

Algo más existe que nos une,
algo que obtuvimos hace poco.
Es un sentimiento ajeno y loco,
que en el corazón transita impune.

Sólo dime que también lo sientes,
es un sentir de lo más genuino,
que se ha cruzado en nuestro camino
terciando de maneras diferentes.

Abogado:
Preguntas si acaso lo he notado,
o si sólo es una confusión.
También yo tengo la sensación
de que estás más cerca de mi lado.

Y he tirado para abajo el muro
de las dudas y la indiferencia,
al sentir esta divina presencia
de felicidad en el futuro.

Son tantas las cosas que comparto
contigo siendo mi audaz mujer.
Jamás cambiaré de parecer,
porque jamás estaré de ti harto.

Esposa:
Y en el fondo de mi alma yo sé
lo grato que es dar y recibir,
cuando puedes así contribuir
a dar fuerza al amor con fe.
  
Abogado:
Y tener claro que una pareja
no se hace con uno, sino dos,
sin pretender tener más la voz
que lo que nuestro opuesto refleja.

Abogado y Esposa:
Jura que nunca me dejarás,
juro que nunca te dejaré.
Porque sabrás y siempre sabré:
conmigo, hasta la muerte, tú irás.

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