sábado, 21 de octubre de 2017

Azul profundo

Hendiendo las olas de mi universo
(sendos pontos de este azul profundo),
mi corazón yacía moribundo,
en gotas de intranquilidad disperso.

Un beso duró menos de un segundo,
un tenue suspiro le ganó a un verso:
a flote me mantenía el esfuerzo
de conservar el candor en mi mundo.

Tuve entre elegías y panegíricos,
destellos del más bello pensamiento
que surgiera de los campos oníricos.

Hoy se siente más ingrávido el viento,
¿cómo actúan los sucesos empíricos?
Anegado aprendí a tomar aliento.

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