sábado, 29 de octubre de 2016

Marañas

Enzarzando unas hebras en mi dedo,
dándole paso a la luna en tu nuca,
¡cómo quiero ser tul que se acurruca
por eslabones en tu cuello! ¿Puedo?

No le tengo miedo, mas retrocedo:
en cactáceas, de temor se educa
uno. ¿Esto es suave algodón de fayuca?
¿Qué esconde tu singular arboledo?

En tus cúmulos de ilusiones rufas,
mis manos son temerosas arañas
que poco quieren emprender afufas.

Déjalas quedarse entre las entrañas
de tu cubil crespo de ideas bufas
y razones prudentes: tus marañas. 

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