Esa guedeja que un céfiro mueve
irrumpe aun cuando mi boca te besa.
Es como tú, flemática y traviesa,
que en audaz forma a intervenir se atreve
cuando cuelgo de tu sonrisa leve.
Siendo esa su pigre naturaleza,
va a dar una vuelta y pronto regresa,
para hacer nuestra confluencia más breve.
Sea un cabello o sea una pestaña,
la tregua ha llegado a importarme un bledo
por ser tu fragancia quien le acompaña.
Para ser sincero, yo casi puedo
afirmarte que mi tacto le extraña
tanto que a veces yo mismo le enredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si sabes hacer buen uso del lenguaje (sin recurrir a ofensas y/o frases cargadas de negativismo), comenta. Si no, hazlo de todos modos, pero revisa un diccionario para no parecer grotescamente ignorante y poder insultar con propiedad. Gracias por tu comentario y vuelve pronto. Tal vez la próxima vez tenga bocadillos.
P.D. No robes mis frases, porque sé dónde vives.