Las pertenencias son mera estadística,
a veces arrojadas a la suerte
por convencer a alguien de un sentir fuerte,
de una manera 'majestuosa' y 'artística'.
Mas, ¿cómo compararle con la mística
tras ese ósculo prudente y solerte,
o esa garatusa que, antes inerte,
cubre hoy tu cuerpo en visita turística?
Con la opulencia dominando afuera,
nadie en el mundo puede ser testigo
de que en leves cosas hay dicha entera.
Aunque es probable que, estando al abrigo
de gusto y prueba, yo siempre prefiera
el ron sin hielo y los besos contigo.
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