martes, 20 de mayo de 2014

Afluente

Recorrí apacible el fiordo verdusco
con su corriente acaudillando al remo.
Hado al arcén, remanso tan extremo...
y dilucidé entre el dilema brusco.

Si tuve desidia, ya no la luzco;
saldé cuentas en mi vital baremo.
A quedar señero ya no le temo:
tan exiguo adviene si no le busco.

Dejé la neurosis en el regato
para arriscarme en aguas menos mansas,
donde mi tiempo acontece ab irato.

Que tanto se disipó en las mudanzas,
las permutas por carencia de olfato
donde avituallé falsas esperanzas.

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