jueves, 11 de diciembre de 2014

Agüero

"Tu suerte la dictará la galerna",
vaticinó el empirismo del sabio.
"Un inefable nexo, un dulce labio,
una esencia pensante y una voz tierna

van sin que nada de eso te concierna.
Mas para calmar el crudo resabio, 
tornará en mulso lo pensado agravio
al coincidir la conexión interna".

Cabizbajo descendí la montaña,
pensando (de una manera discreta)
si debía tragarme esa patraña.

Pienso hoy en la bonhomía del profeta,
cuando justamente quien me acompaña
es todo lo que el designio interpreta.

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